Este subproyecto se centra en el espacio noratlántico ibérico, clave por su proyección e interrelación con el Atlántico y el interés de su gestión por parte de la monarquía. Sometidas sus ciudades y villas a profundos cambios, son un laboratorio para un estudio denso de los presupuestos comunes, en torno a factores como el aumento poblacional y las migraciones (de mujeres en especial); los cambios geomorfológicos que alejaron del mar y del aprovechamiento de sus recursos a las situadas en estuarios, derivados en tensiones con su entorno y en conflictos internos por la precarización de la existencia de sus habitantes; la reconfiguración jurisdiccional del litoral impuesta por los Borbones, la de Marina, estableciendo la exclusividad del mar y un fuero específico, y las tensiones derivadas de esos cambios; de especial interés es el estudio de la creciente presión de los controles blandos ejercidos por los poderes para mantener el orden -listas, averiguaciones, roles, informes- y las resistencias que lo frustraron -fraude, silencio-, así como la tipología de las resistencias y conflictos, sus actores, redes -solidarias, pero también ficticias o paradójicas- y lugares (espacios urbanos y rururbanos) y sus tiempos.